miércoles, 5 de septiembre de 2012

Nuevo espacio: oportunidad para nuevas perspectivas, nuevas culturas.



Nuevo espacio: oportunidad para nuevas perspectivas, nuevas culturas. El Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara.

Los científicos sociales de la región centro-occidente de México estamos de plácemes. La Universidad de Guadalajara ya no sólo tiene un campus, dedicado a las ciencias sociales, sino dos. El primero de ellos es el que se ubica en la zona que los tapatíos y zapopanos denominamos “Glorieta La Normal”. El segundo, aledaño al CUCEA (Centro Universitario de Ciencias Económico-Administrativas). Aunque hace ya varios años que se puso la primera piedra de ese segundo campus, en días recientes al fin comenzó el proceso del traslado al nuevo espacio.
Sabemos que las acciones de las siguientes semanas y meses no serán muy radicales, además del traslado de algunas de las coordinaciones, oficinas y trabajadores. Sospechamos que el proceso durará todavía algunos años y es probable que el campus actual siga funcionando como un espacio especializado en la formación de nuevos abogados. El CUCSH es la instancia de la Universidad de Guadalajara que se encuentra menos concentrada: hay varios edificios que dependen del rector de este centro que no se encuentran en el mismo campus. Entre ellos, el de Juan Manuel 130 (que alberga estudios de género y la coordinación editorial y en donde se encontraban los ya desaparecidos “Estudios del Hombre”, “Estudios de la Cultura Regional”, “Estudios cinematográficos”); el de Liceo 210 (en donde se alberga un posgrado en ciencias sociales y “Estudios Sociourbanos”); las casas dedicadas a “Estudios de la Educación”, sobre la Avenida Hidalgo; La “casa Julio Cortázar”, en la calle Lerdo de Tejada; la casa en la que se hospeda “Estudios de lenguas indígenas” y la casa dedicada a “Estudios de la Comunicación Social”, además de las distintas sedes de diferentes terminales de la maestría en Derecho.
El nuevo espacio en Los Belenes (Zapopan), quizá bastaría apenas para dar cobijo a todos esos departamentos, centros, coordinaciones y oficinas que están adscritas al CUCSH pero que no se ubican en el Campus actual. Aunque es poco probable que se genere un proceso de concentración, al menos en los próximos años, lo cierto es que buena parte de las actividades de los estudiosos de las ciencias sociales se trasladarán al nuevo campus. Y con esas actividades, evidentemente tendremos que trasladarnos quienes las realizamos: trabajadores administrativos, académicos y estudiantes.
Para quienes nos preocupamos por los asuntos de la movilidad urbana y la calidad de vida en los espacios universitarios surgen al menos estas preguntas:
1.      ¿Existen rutas y medios adecuados para que los estudiantes, profesores y trabajadores accedan al nuevo campus del CUCSH?;
2.      ¿Habrá espacio suficiente para desarrollar ahí nuestro trabajo académico?
3.      ¿Habrá espacio de estacionamiento para las bicicletas, motocicletas, triciclos, sillas de ruedas, carros, camionetas y autobuses de quienes deberemos trasladarnos a ese espacio?
4.      ¿Qué planes hay para reducir la llamada “huella de carbono” de quienes estudiarán y trabajarán ahí?
5.      ¿Contaremos con cubículos, aulas, auditorios, comedores, jardines, pasillos, pistas para trotar, espacios para desarrollar actividades deportivas y de esparcimiento que eviten dobles o triples traslados cotidianos a ese lugar de trabajo?

Probablemente los lectores, en especial quienes estudiarán o trabajarán en ese campus, tengan más preguntas, más inquietudes, e incluso propuestas para resolver estas interrogantes. Sabemos, basados en nuestra experiencia de los dos años anteriores, que muchas de ellas no serán atendidas por las actuales autoridades del propio CUCSH y que a varias se les tratará de disipar diciendo que “no hay dinero para eso”. Las autoridades de la administración central (es decir, el rector general y su equipo) probablemente recurran nuevamente al argumento de que no quieren intervenir en las decisiones del rector de determinado centro. A esto habrá que añadir que tanto los funcionarios del CUCSH como los de la administración central están enfocando sus esfuerzos en las acciones que podrán ejercer en las últimas semanas en el cargo. Además, la FIL, enorme acontecimiento cultural en nuestra ciudad y en donde la Universidad tiene invertidos muchos de sus esfuerzos y dineros, está a la vuelta de la esquina, del 24 de noviembre al 2 de diciembre. Para el inicio de la feria quedan once semanas. Y para el fin del periodo del rector general (sustituto, por cierto) quedan poco más de treinta semanas.
¿Se puede esperar alguna reacción de esas autoridades en esas pocas semanas a las propuestas que se deriven de las posibles respuestas a las preguntas planteadas arriba? Mi apuesta es que no se puede esperar ya mucho de las autoridades del CUCSH ni de la administración central. Simplemente, como Felipe Calderón y su equipo, ellos “ya se van”, aunque algunos de ellos quieran continuar en el cargo. Son los menos los que, además de querer continuar, podrán continuar en sus actuales cargos. El caso es que las intrigas cortesanas para cubrir la rectoría general, las rectorías de centro y los cargos menores se añadirán a las actividades no sustantivas de los universitarios en las próximas semanas. Estaremos enferiados, luego estaremos de vacaciones, luego preocupados por quiénes serán nuestro nuevos jefes y algunos preocupados por convertirse en jefes.
Lo que sí podemos hacer, argumento aquí, es comenzar a elaborar, desde abajo nuestras propuestas, discutirlas y afinarlas. Muchos universitarios (profesores, administrativos, estudiantes) sabemos ya algunas de las características que deseamos y las que no deseamos en los nuevos rectores de los centros. Entre las primeras destaca la necesidad de que quienes ocupen los cargos a partir de mayo de 2013 sean capaces de rendir cuentas, de hacer explícitos sus planes, de consultar con aquellos a los que deben atender; entre las segundas, tenemos claro que no queremos imposiciones por compadrazgo, ni planes secretos y arbitrarios, ni falta de consideración de los “usuarios” en general de los centros universitarios.
Podemos comenzar por afinar propuestas como:
1.      Estacionamientos y espacios adecuados en el centro universitario para quienes se trasladan en bicicleta a la universidad y al trabajo;
2.      Políticas claras, explícitas y adecuadamente discutidas y difundidas en cuanto a la actividad editorial en el CUCSH y en la Universidad de Guadalajara;
3.      Políticas claras en torno a la flexibilidad curricular y a las opciones de movilidad académica y el intercambio asociado;
4.      Adelgazamiento de la estructura de las divisiones del CUCSH (en donde hay directores de división y secretarios de las divisiones que nos cuestan mucho y cuyas acciones se notan poco);
5.      Fortalecimiento de las actividades de docencia, difusión, vinculación.

Cabe mencionar, considerando el punto 5 de la enumeración inmediatamente anterior, que el argumento de que “no hay dinero” para determinadas actividades se puede responder con el recurso al servicio social de los estudiantes de la Universidad de Guadalajara para, por ejemplo, el diseño de ciclopuertos, estacionamientos, estaciones para el transporte colectivos universitario, para las investigaciones de campo y para el diseño de propuestas de intervención en el nuevo espacio y su entorno zapopano, así como para la recolección y análisis de la información que se derive de las propuestas de los diversos participantes en la vida del nuevo campus.
Mi posición personal, en la que han coincidido varios colectivos de profesores y de estudiantes, es que podemos comenzar a realizar la propuestas que, a más tardar en mayo de 2013, plantearemos ante el Consejo General Universitario para que éste seleccione a personas capaces de impulsar, mejorar, promover esas propuestas desde quienes constituimos la parte medular de la vida universitaria: los estudiantes, los maestros y los trabajadores académicos, en contraste con aquellos funcionarios que creen que pueden decidir sin informar a la comunidad universitaria. Propongo, por el momento, un correo electrónico al que pueden hacer llegar sus preguntas, propuestas, señalamientos, críticas, comentarios. En un primer momento recibirán una respuesta automática en cuanto a algunos de los asuntos por resolver en el CUCSH. En los siguientes mensajes continuaremos afinando las propuestas y organizando las acciones a emprender. El domicilio al que puedes enviar tus mensajes es: revista.estudiossociales@gmail.com


Luis Rodolfo Morán Quiroz
Departamento de sociología, CUCSH, Universidad de Guadalajara