miércoles, 20 de diciembre de 2006

Ser ciclista en Guadalajara




Ser ciclista en Guadalajara

Algunas sugerencias prácticas

Desde que recibí mi primera bicicleta, a los cinco años de edad, la afición y el placer de treparme en uno de esos artefactos pocas veces ha sido superado. Mi bicicleta azul apareció en mi vida debajo de un árbol navideño de color plateado; árbol que a mi madre le había parecido una adecuada encarnación del espíritu estético de la época de los Beattles y que adquirió en uno de sus viajes a Ciudad Juárez y El Paso, lugares de su propia infancia. Conocedor de que su llegada se debía en parte a los oficios de las manos divinas y en parte a los recursos paternales, sospecho que fue adquirida en la Ferretería Monterrey, cuyo dueño, don Roberto Kleiman era nuestro vecino en la calle de Colombia (después rebautizada como Amado Nervo). Meses después Judy Kleiman se encargaría cada tarde de “cambiarme” mi bicicleta, que se ajustaba a su estatura, por la de su hermano Jacobo. Supongo que Jacobo siempre fue un buen amigo y buen hermano pues jamás protestó de las negociaciones que hacía su hermana con la propiedad ajena. El caso es que desde entonces aprovecho cuanta oportunidad se me ofrece para transportarme en bicicleta por la ciudad de Guadalajara.
Es evidente que desde la tranquila ciudad de los años sesenta a la ruidosa metrópoli de principios del siglo XXI las condiciones de las calles, las banquetas y los asfaltos han cambiado mucho, aun cuando en muchas de las zonas de la ciudad las banquetas conservan los mismos mosaicos roji-blancos de mi infancia. El tráfico de vehículos de motor se ha multiplicado varias veces desde entonces, así como la extensión de la ciudad. En aquel entonces el que se convertiría en “anillo periférico” era apenas un camino terregoso que pasaba junto a las ruinas del Ixtépete y la futura “Avenida López Mateos” estaba empedrada en sus actuales carriles centrales, con superficies enchapopotadas en los carriles laterales, que eran los únicos que solían utilizar los pocos coches de la época. Mi padre era de los pocos que, con su “folksvaguencito” crema, se atrevía a circular por los carriles centrales de esa avenida, sobre todo cuando se nos hacía tarde para ir a la escuela Anexa a la Normal y luego a un Colegio cuyo edificio todavía sigue en la parte sur de una avenida que hoy tiende a convertirse en subterránea.
Dados estos cambios en la estructura y la dinámica de la ciudad, sugiero algunas medidas para bicicletear por esta zona metropolitana que espero que serán de utilidad a los “bicicleteros” tapatíos y a algunos visitantes que compartan la afición por los velocípedos.

ANTES DE TREPARSE EN LA BICI.-
La bicicleta: ¿Que sea tradicional, de ruta o de montaña?
Una primera decisión a tomar, una vez que has optado por utilizar este medio de transporte que es al mismo tiempo una forma de hacer ejercicio, de no contaminar y de diversión, es ¿cuál bicicleta se ajusta más a mis preferencias y a las condiciones de los espacios por los que voy a circular?
Según mi experiencia en Guadalajara, las bicicletas tradicionales, de frenos de varilla y ruedas de acero, se encuentran entre las más resistentes. Don Manuel, quien trabaja en el Departamento de Geografía y ordenamiento territorial de la Universidad de Guadalajara tiene una con “apenas” 45 años de edad, aunque recientemente pintada de negro. Estas bicicletas, conocidas por los tapatíos como “bicicletas de albañil” de “de panadero” efectivamente son una excelente opción para trasladarse al trabajo. Por lo general son marca Schwinn o la extinta Cóndor. El problema es que son muy pesadas en comparación con las de años recientes, lo que se hace sentir más en las subidas y en los trayectos largos. La mayor parte de éstas carecen de cambios de velocidades, lo que requiere de piernas fuertes o de rutas sin desniveles. Por lo general Guadalajara tiene pendientes poco pronunciadas y la zona centro sólo tiene declives en las zonas cercanas a la Calzada Independencia.
Las bicicletas de ruta tienen el manubrio en forma de “cuerno” y eso puede ser una gran ventaja para la velocidad en el desplazamiento, aunque la posición resulta un poco incómoda si los trayectos son cortos o hay que parar continuamente, pues los frenos (a menos que se cuente con las palancas de los frenos “de descanso”) se encuentran en la parte curva de los cuernos. Por otra parte, a pesar de ser más ligeras, las llantas y las ruedas de estas bicicletas son también menos resistentes a los baches, hoyancos y vidrios que se encuentran esparcidos generosamente en buena parte de las calles de la zona metropolitana de Guadalajara.
Una tercera categoría es la de las bicicletas “de montaña” (o de estilo similar, si se considera que las bicicletas “profesionales” de montaña alcanzan precios prohibitivos) que tienen llantas anchas y dentadas. En esta categoría de bicicletas se encuentra la mayor variedad en precios, equipo y peso del cuadro. Recientemente estos cuadros se ofrecen a precios más reducidos incluso en aluminio, aunque todavía son comunes las bicicletas con ruedas de acero dentro de esta categoría. Para las calles de Guadalajara, ésta es la mejor opción si se desea contar con protección ante baches, basura y otros elementos hostiles en el camino, aunque no son tan ligeras ni veloces como las bicicletas de ruta. La ventaja es que este tipo de bicicleta se puede utilizar en asfalto, concreto o terracería y, en casos de emergencia, incluso en las desiguales banquetas de la ciudad.

Como apoyo para decidir qué tipo de bicicleta utilizar, vale la pena recorrer las tiendas de bicicleta, tanto las que se encuentran alrededor de la calle Obregón, como las que se sitúan en las colonias y fraccionamientos. Hay algunas “boutiques” de bicicletas en los centros comerciales del sur de la ciudad, pero su equipamiento suele exceder lo necesario para el ciclismo urbano. Si eres un experto en bicicleta quizá recurras a estas “boutiques” o tiendas super-especializadas, pero en general no es necesario gastar tantos dineros en una bicicleta si le darás principalmente un uso urbano. Si, en cambio, te piensas dedicar al ciclismo profesional, sea de montaña o de ruta, los expertos de las tiendas comunes (sé de uno en Chapalita que fue campeón nacional y al menos dos famosos ciclistas establecieron sus tiendas regulares para la venta de bicis al público común y corriente en el centro de la ciudad) suelen tener más experiencia por compartir que los vendedores novatos y carentes de capacitación de las tiendas elegantes y de aparadores brillosos.

Al adquirir tu bicicleta asegúrate de que entre el “tiro” del pantalón (eso en caso de que no utilices los pantalones muy por debajo de la cintura) y el tubo superior del cuadro de la bicicleta haya una pulgada de distancia. Aparte de las bicicletas estilo “cruising”, es poco frecuente entre los ciclistas permanecer sentados en el asiento de la bici y en cambio se paren con una ligera inclinación y por fuera del asiento y si siguen sentados sólo lo harán si descansan uno de los pies en la banqueta con las llantas más abajo de ese nivel. Antes de salir a bicicletear asegúrate siempre de revisar la presión de las llantas, que el asiento esté a la altura adecuada, y que los frenos funcionen. En las bicicletas cuyas ruedas delanteras tienen “bloqueos” (es decir, un eje que permite fijar y aflojar la rueda con las manos sin necesidad de llaves) debes asegurarte además de que esté puesto el chicote del freno en su lugar.

Ropa para ciclistas:
Vale la pena que te acostumbres a usar casco para evitar golpes en la cabeza, aun cuando no sea obligatorio en el reglamento de tránsito del estado ni en reglamento alguno de Guadalajara y municipios aledaños. Igualmente, un par de guantes con buen acojinado te ayudarán a absorber la vibración de la bicicleta, en especial si ésta carece de amortiguadores delanteros. Además, te darán un agarre más firme del manubrio y, en caso de alguna caída, los guantes protegerán la piel de tus manos y harán muchísimo menos graves los raspones en la palma y el dorso de éstas.
Dado que, aunque como ciclistas sentimos que podemos percibir a los peatones, autobuses, camiones y demás vehículos u obstáculos, en realidad somos prácticamente INVISIBLES, pues los automovilistas buscan bultos grandes, es recomendable utilizar ropas vistosas. En años recientes se han puesto a la venta chalecos fosforescentes, tanto de red como de tela ligera. Aun cuando en este pueblo tapatío hay ciertos prejuicios homófobos que asocian la ropa vistosa con preferencias sexuales homosexuales, independientemente de tus preferencias y gustos en el amor, el utilizar un chaleco fosforescente puede hacerte VISIBLE ante quienes manejan los demás vehículos y evitar que te atropellen o incluso, en caso de tratarse de peatones, hacerlos que te vean para que no seas tú quien los atropelle a ellos en caso de que se atreviesen intempestivamente a tu paso.

Equipo adicional:
Además de un chaleco fosforescente, recomiendo que tu bici esté dotada de una “jaula” o incluso dos de ellas para que lleves contigo un bote con alguna bebida natural (no gaseosa) o con agua, además de un bote extra para agua en caso de que requieras refrescarte con ella la cabeza o para enjuagarte los ojos en caso de que te entre polvo o basura o de que necesites un rápido lavado de manos o para repeler ataques de perros (véase por ejemplo, el libro de Glowacz al que hago referencia más abajo).
Una bicicleta dotada de luz delantera, reflejantes y luces traseras es útil de día y en especial en las tardes y noches tapatías. Igualmente una cadena con un buen candado (¡o dos!), de los que ya revenden con recubrimiento de manguera te servirán para estacionar brevemente la bicicleta. Insisto en lo de brevemente porque si la dejas varias horas lo más seguro es que los cacos de esta ciudad se aseguren de que tu bici cambie de dueño. A menos que se vea tan vieja y maltratada que su aspecto constituya por sí mismo un seguro antirrobo.

DURANTE EL RECORRIDO POR LA CIUDAD.-
Sugerencias prácticas:
Algunos manuales para el manejo de bicicletas (por ejemplo el artículo de e-salud del gobierno de México y el de “family doctor” enlistados abajo) detallan algunas medidas para prevenir accidentes mientras andas en bicicleta. Para el caso de la Zona Metropolitana de Guadalajara quiero enfatizar que entre los automovilistas existe poca cultura de respeto a los ciclistas y que además los ciclistas nos creemos más visibles de lo que en realidad somos. Yo atribuiría a esas dos condiciones el hecho de que los ciclistas sean atropellados en esta ciudad de escasa iluminación nocturna, en especial por los minibuseros que desde su ángulo de visión no alcanzan a percibir a los ciclistas que se sitúan a un lado o frente a ellos, pero sin luces en la noche ni otros señalamientos como el chaleco fosforescente durante el día. Además de la regla básica de circular en el sentido del tráfico vehicular y de respetar el reglamento, es necesario manejar a la defensiva y recordar siempre que como ciclistas SOMOS INVISIBLES para quienes están alertas tan sólo ante vehículos más grandes. Además de que es preferible en nuestra ciudad evitar las grandes avenidas y no circular por las banquetas, apunto a continuación…

Algunas calles que conviene evitar en Guadalajara:
Por supuesto que las avenidas Juárez e Hidalgo, a las que suele denominarse “el par vial”, de donde sacan su nombre en idioma tapatío los trolebuses eléctricos que las recorren. Igualmente, las Avenidas Alcalde, Lázaro Cárdenas y López Mateos y, en los tramos cercanos al centro de la ciudad, la Calzada Independencia. Hay algunas avenidas como la Chapultepec, Niños Héroes, Alemania, Calzada del Federalismo, Circunvalación Santa Eduviges, Mariano Otero, con ciertos tramos por los que se puede circular en bicicleta. La avenida Rafael Sanzio, cercana al parque metropolitano (ideal para pasear en bicicleta sin destino alguno, en especial si se hace por el camino de “arena” de los circuitos junto a los márgenes externos) es demasiado estrecha para dejar espacio a las bicicletas, en especial si se toma en cuenta que por ella circulan los raudos minibases de la ruta 629. En los casos citados conviene utilizar las calles paralelas pues, por alguna razón (¿costumbre? ¿Creencia de que las avenidas son para desarrollar grandes velocidades?), el tráfico de vehículos suele concentrarse en las avenidas anchas de la ciudad, dejando el espacio libre de buena parte de las calles para que se estacionen los demás carros y, volens nolens, para que circulen autobuses y ciclistas.

DESPUÉS DE USAR LA BICICLETA:
Claro que después de bicicletear conviene lavar, aceitar y revisar la bicicleta o al menos limpiar los mecanismos de más desgaste (frenos, cadena, chicotes). Pero además hay que poner atención en el momento de guardarla. Lo ideal es que no esté en contacto con el rocío matinal o vespertino para evitar la oxidación de la cadena o las ruedas. Esto se puede solucionar normalmente con un buen lubricante (W-40) en los mecanismos y con limpiar las ruedas para evitar que se acumule polvo en ellas que contribuya a que se reseque el hule.

EN SÍNTESIS:
Las distancias en Guadalajara en realidad no son prohibitivas para los ciclistas. Por ejemplo, la “vía recreactiva” que funciona los domingos de las 8 de la mañana a las 2 de la tarde tiene tan sólo 11.5 kilómetros de largo desde la fuente de la Minerva hasta Presa Laurel, a pesar de que, de recorrer esa distancia en autobús o vehículo particular en un día cualquiera es probable que nos de la sensación de que se trata de un trayecto más prolongado. El problema de las distancias en Guadalajara no es el de la inclinación del terreno, sino más bien el de la cantidad de obstáculos que hay que salvar en unos cuantos metros. Entre esos obstáculos están, además del calor que se genera en el verano, el mobiliario urbano, la estrechez de las banquetas y calles, el gran número de autos estacionados o en proceso de entrar y salir en un espacio de estacionamiento sin que sus conductores sean concientes de los ciclistas, los autobuses, la gran cantidad de cruces de calles en los que hay semáforos, los baches y topes. Todo ello dificulta el traslado ciclista de la vivienda al trabajo y viceversa, pero muy especialmente el uso de la bicicleta se ve obstaculizado por el tráfico de vehículos de motor. Adicionalmente, existen pocos lugares en los que se puedan estacionar las bicicletas y los tapatíos suelen considerar que transportarse en ellas es poco prestigioso. Personalmente suelo llevar una mochila en la que transporto mis pantalones largos y una camiseta de algodón para cuando llego a mi destino, en donde me cambio ropa y encadeno la bicicleta para luego desarrollar mis actividades con la misma naturalidad (y quizá menos cansancio y enfado) que quienes llegan en carro o a pie desde la parada del camión.

Algunos vínculos a páginas de ciclismo.-
• Ciclismo seguro: cómo prevenir diez situaciones arriesgadas: http://www.e-salud.gob.mx/wb2/eMex/eMex_Ciclismo_seguro
• Consejos de seguridad para andar en bicicleta: http://familydoctor.org/e692.xml
• Consejos para andar en bicicleta (Chile): http://www.trekkingchile.com/ES/condicion-fisica-andar-bicicleta.html
• Deustche Welle.- “Nunca es tarde para aprender…¡a andar en bicicleta!”: http://www.dw-world.de/dw/article/0,2144,2153690,00.html
• European Cyclists' Federation, Fédération Européenne des Cyclistes, Europäischen Radfahrer- Verband: http://www.ecf.com/publications/Download/walking_and_cycling_2003.pdf
• Guía de compras para bicicleta: http://pages.ebay.es/buy/guides/bicycles-buying-guide/
• Guía para andar en bicicleta (español y vasco, adaptada de una versión catalana): http://www.kalapie.org/boletines/KalapiekoBoletina22.pdf
• How to not get hit by cars: http://www.bicyclesafe.com/
• “La página de los fabulosos bicitekas”: http://www.bicitekas.org/
• Reporte en torno a la seguridad (cuestionada) de los caminos exclusivos para ciclistas en Alemania: http://bernd.sluka.de/Radfahren/Radwege.html
• Revista Radzeit (auf Deutsch!): http://www.radzeit.de/uploads/12/5/RadZeit2003-1.pdf
(Ligas de internet consultadas el 20 de diciembre de 2006)

Bibliografía recomendada (puedes buscar directamente en www.amazon.com o www.gandhi.com.mx ):
• Chris Balish, How to Live Well Without Owning a Car: Save Money, Breathe Easier, and Get More Mileage Out of Life
• Alfonso Bietolini, Ciclismo: la pasión por la bicicleta
• John Forester, Effective Cycling
• Dave Glowacz, Urban biker’s tricks and tips
• Robert Hurst, The Art of Urban Cycling: Lessons from the Street


Luis Rodolfo Morán Quiroz, 20 de diciembre de 2006

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